Exposición individual
María Fernanda Barrero
Curaduría Catalina Restrepo
El proyecto artístico de la artista María Fernanda Barrero tiene que ver con la libertad, la naturaleza y con la conexión humana con el cosmos. Siempre tuvo la inquietud de dedicarse a la investigación a partir de las ciencias exactas; entender el mundo por medio de leyes, mediciones, fórmulas y experimentos. Sin embargo, en el arte encontró una manera de hacerlo desde la imaginación, y bajo la premisa de que “todo es posible”. Su obra nos invita a reflexionar sobre el lugar que como humanos ocupamos en el mundo observando y reconociendo dos de las cosas más pequeñas que nuestros ojos alcanzan a percibir: las estrellas y los botones de las hierbas que surgen de la tierra.
Según Albert Einstein todo es relativo, por lo que una estrella en el cielo aparece ante nuestros ojos como algo muy pequeño, aunque sepamos que sus dimensiones son en realidad las de uno de los cuerpos más grandes que existen. Para María Fernanda ocurre de la misma manera con los brotes de las hierbas, cuya relación con nuestra escala las vuelve muy pequeñas, casi imperceptibles. Para ella estas minúsculas plantas simbolizan lo más grande. Maria Fernanda nos invita a ver que los procesos biológicos enseñan desde lo microscópico como puede ser nuestra realidad en una escala macroscópica. Nos hace mirar hacia abajo y observar la hierba, para posteriormente elevar la mirada y situarnos bajo las estrellas y en relación a ellas, desde un sentido astronómico, pero principalmente existencial.
La Casa en el Aire es una exposición individual de la artista María Fernanda Barrero en la que se reúnen la mayoría de las piezas de su proyecto más reciente llamado Leaves of Stars/ Estrellas de la Hierba, 2013. Lleva por nombre La Casa en el Aire haciendo referencia a un ciclo que comienza con la construcción de una casa de papel que realizó en 2007 (Paper House) y que concluye con una de las piezas de la serie que se presenta ahora, en la cual aparece esa misma casa pero ya no como una estructura solitaria, sino como parte de un espacio en medio de la naturaleza, situada entre el cielo y la tierra, donde hay hierbas y hay estrellas. También el título de la exposición hace alusión a una casa imaginaria, una idea, (o incluso un ideal de vida). En esa casa no importan los muros que separan el interior del exterior. La artista nos sugiere en forma sublime que aquello que nos rodea forma parte de ese lugar en el cual existimos y que al mismo tiempo nos protege. Si hablamos de una casa que está en el aire, se hace referencia también a ese espacio vacío que el aire ocupa, que separa y a su vez une el cielo y la tierra. De igual forma el aire comunica el exterior con el interior de nuestro cuerpo; un organismo que, esencialmente, es la casa que habita nuestro ser.
Walt Whitman fue un poeta neoyorkino muy importante para la identidad norteamericana que publicó en 1885 un libro llamado Leaves of Grass (1). A partir de este libro María Fernanda comienza su investigación y proponiendo un juego de palabras con el título del mismo, nace la serie Leaves of Stars/ Estrellas de la Hierba, 2013.
Leaves of Stars/ Estrellas de la Hierba, 2013, título bilingüe, no propone una traducción sino una reflexión personal de Barrero, pues ella recibió una educación bicultural y aprendió el significado de las cosas en dos idiomas. Para ella en español las definiciones tienden a encontrar un carácter cualitativo, mientras que en inglés parecen explicarse desde una lógica cuantitativa. Por ejemplo, el significado de diccionario de “Tierra” y “Earth” -que aparece en una de las piezas de la serie-, refiere en español al planeta como “el hogar de millones de especies, incluyendo los seres humanos”, cuando en inglés se define como un cuerpo de millones de kilómetros, mencionando su composición química y períodos axiales. Estas dos formas de nombrar y describir las cosas juegan un papel esencial en el trabajo de la artista; y especialmente en este proyecto, permiten reflexionar sobre la existencia del hombre como parte de la naturaleza y sobre su deseo de encontrar un lugar dentro y como parte fundamental de esta red de vida.
I
Desde que María Fernanda realizó una pieza titulada Paper House, 2007, el papel bond blanco se ha convertido en la materia prima de su trabajo. Esta instalación consistió en la construcción de una casa cuyas paredes, cercas, patio, etcétera, eran hechos de este material. Por primera vez la artista se enfrentó al papel, y a partir de allí nacieron muchos de los intereses plásticos y conceptuales que aparecen en sus trabajos recientes.
La serie comenzó con una primera pieza consistente en el rastreo –por medio de dispositivo de comunicación móvil y de la aplicación Starwalk (2)- de las constelaciones ubicadas justo a sus pies, en la antípoda y también arriba en el cielo. Justo en el lugar en el que la artista observaba una maceta vieja y un árbol a la entrada de su casa, esta aplicación la ayudó a obtener la imagen de aquello que se encontraba en ese preciso instante diametralmente al otro lado del planeta y verticalmente encima. De esta forma alineó las formas de la constelación que apareció con aquellas de las hierbas y plantitas que se encontraban a sus pies. La afortunada casualidad le permitió a María Fernanda empalmar el plano de su ubicación terrestre con el de la constelación Sculptor (el escultor). En estas primeras imágenes, aparte de las asociaciones formales con las hierbas, la artista no marcó líneas o puntos referentes a las constelaciones. Este tipo de asociaciones formales entre ambos elementos se incorporarían paulatinamente a medida que la serie fue avanzando.
El primer texto que apareció en una de sus piezas fue la definición en español y en inglés de la palabra hierba. Todo inicia con la hierba y el sentido simbólico que esto conlleva. Además, es aquí cuando comienzan a aparecer en sus dibujos sobre papel muchos más elementos, como el sol, constelaciones y las líneas imaginarias que unen sus estrellas, así como otros cuerpos celestes que aparecieron en los diagramas que la aplicación le brindaba. Con el gesto poético de traslapar diferentes descripciones y significados de palabras, la artista entendió el uso interdisciplinario del lenguaje para definir conceptos basándose en información científica o poética, según sea el caso.
En este punto la serie comenzó a expandirse ya no sólo en un sentido filosófico, sino desde una investigación sobre la astronomía. Maria Fernanda comenzó a leer y a estudiar los diferentes tipos de mediciones, coordenadas, nomenclaturas, etcétera, de esa rama de la ciencia, y se dedicó a experimentar con la estética habitual de los mapas astronómicos. En la medida en la que su investigación se fue acercando a la ciencia estricta y rigurosa, sus piezas comenzaron a ser cada vez más libres en un sentido formal. La artista se permitió ubicar los puntos de donde brotan las hierbas sin que necesariamente correspondieran con los nodos de las constelaciones. En algunas piezas aparecen incluso antepuestos mapas de América, aviones, ovnis, satélites, la vía láctea, etcétera. De igual manera los lugares desde los que ella ingresa a los mapas celestes ya no son únicamente desde su casa, sino de acuerdo al lugar en el que ella se encuentra al momento de empezar una pieza.
Este último punto es fundamental, pues es aquí donde María Fernanda se da cuenta que su casa puede ser todo lo que habita. Viene a su mente la frase de Paul Eluard que cita Gastón Bachelard en su libro La Poética del Espacio (3), “Cuando las cimas de nuestro cielo se reúnan/ Mi casa tendrá un techo”. Con esta frase, como pilar fundamental en la construcción de sus contenidos, la artista reflexiona sobre ese lugar de protección que nos envuelve y al que llamamos casa: el planeta donde vivimos, la naturaleza, los demás seres con los que compartimos. En palabras de la artista “mi casa no es nada más mi casa arquitectónica, sino todo el planeta, todo el lugar que habito”
II
En la actualidad se habla del ser humano como una plaga que está acabando con el planeta, un parásito que está consumiendo todos los recursos que nos brinda la tierra. El problema es que el ser humano, desde el punto de vista ecologista, se ve como un invasor, como si no reconociera que hace parte de este mismo entorno o sistema.
Michael Braungart y William McDonough publicaron en 2002 un libro llamado Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things (4), en el que proponen un cambio de enfoque en cómo los ecologistas ven las cosas en términos de las tres R : Reducir, reutilizar y reciclar. Ellos sugieren que en vez de gastar energía y recursos en construir maquinarias que disminuyan el impacto ambiental, se conciban estructuras que, no sólo no dañen, sino que contribuyan al mejoramiento del mismo. Aunque no parezca, es posible; si se imitan los ciclos de la naturaleza este planteamiento es viable desde el diseño, la ingeniería y la arquitectura.
María Fernanda propone una situación ideal en la que el ser humano establezca una relación con la Tierra que va más allá de lo sustentable. Para ello realiza una serie de piezas inspiradas en la Teoría Endosimbiótica (5) planteada por la bióloga evolucionista Lynn Margulis, en la cual explica el origen de la célula eucariota (6). La importancia de este proceso evolutivo radica en que dos bacterias procariotas se relacionaron simbióticamente (cooperativamente) a tal grado que se originó un intercambio genético y por ende, un salto evolutivo, es decir una vida más compleja. A partir de esas teorías defiende la supervivencia de los seres vivos desde la simbiosis (al contrario de la teoría neo-darwinista que predica que sólo sobrevive el más fuerte) y propone una reflexión, que en palabras de la artista y parafraseando a Margulis, se refiere a que: “la supervivencia del más apto no es necesariamente la del más fuerte; el más apto también puede ser el más simbiótico, el que coopera más o el que encuentra maneras de ayudarse. Entonces ese sobrevive”.
Con esto, la artista nos comparte esta reflexión que nos hace pensar en que el parasitismo y la simbiosis no son solamente opuestos contrarios, sino que conforman un proceso llamado el continuo simbiótico. En este sentido, sí es posible que una relación parasitaria se convierta en simbiótica y que a su vez, una relación simbiótica muy fuerte resulte en algo mucho mejor. En estos términos, podríamos llegar a ser algo incluso beneficioso para el planeta, reconocer que existe una forma diferente de vivir -más allá de convivir- con él si se contempla la cooperación como mecanismo de supervivencia. Es por este interés que en algunas de las piezas que veremos en esta exposición, aparecen representaciones de células que aluden a esta parte de la investigación.
En Leaves of Stars/ Estrellas de la Hierba, aparecen también algunas piezas que se refieren al mar. El mar es algo inmenso, alberga un potencial de vida enorme y así como el espacio es un territorio desconocido en proporción a lo que conocemos de la tierra. Además, tanto el océano como el universo son los orígenes de la vida. El primero, la vida en la tierra y el segundo, de la vida del planeta.
Margullis, en su libro Planeta Simbiótico (7), también comenta la teoría del Hypersea (hipermar), de los científicos Mark McMenamin y Dianna McMenamin, que plantea cómo la vida en el mar evolucionó y pudo desarrollarse en tierra firme. María Fernanda Barrero en sus palabras explica esta teoría de la siguiente manera: “Cuando los seres que vivían en el mar salieron a la superficie, como no sabían cómo sobrevivir sin el agua, evolutivamente decidieron contener el mar adentro. Deciden construir una estructura que llevara el mar, pero dentro de la piel. Por esta razón todos los seres vivos que existen fuera del mar, tienen un contenido salino y líquido similar al mismo”.
Es interesante ver cómo la primera idea de la casa, mencionada al inicio de este texto, y que corresponde también a las últimas piezas de la exposición, va evolucionando gradualmente hasta el punto de encontrar en la ciencia una teoría que le sirve de metáfora para hablar y entender que el concepto “casa” es todo aquello que nos rodea, la red de vida que nos sustenta.
Pies de páginas.
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1. Walt Whitman. Leaves of Grass. Publicado por él mismo. Brooklyn New York, 1856
2. Star Walk is an award-winning Education app that allows users to easily locate and identify 20,000+ objects in the night sky. The 360-degree, touch control star map displays constellations, stars, planets, satellites, and galaxies currently overhead from anywhere on Earth. Highly praised and the winner of a 2010 Apple Design Award
3. Del capítulo la casa del sótano a la guardilla. El sentido de la choza y casa y universo
Bachelard, Gastón. La poética del espacio. Ed. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, 2000. Título original: La poétique de l’espace, (1957). Traducción: Ernestina de Champourcín.
4. Michael Braungart, William McDonough. Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things. Macmillan USA; Edición: 1 (1 de junio de 2003)
5. Teoría Endosimbiotica (Serial Endosymbiosis Theory) o teoría endosimbiótica. Propuesta por Lynn Margulis en diferentes artículos y libros: On the origin of mitosing cells (1967), Origins of Eukaryotic Cells (1975) y Symbiosis in Cell Evolution (1981), llegándose a conocer por el acrónimo inglés SET (Serial Endosymbiosis Theory). Describe la aparición de las células eucariotas o eucariogénesis como consecuencia de la sucesiva incorporación simbiogenética de diferentes bacterias de vida libre (procariotas); tres incorporaciones en el caso de las células animales y de hongos, y cuatro en el caso de las células vegetales. En la actualidad se acepta que las eucariotas surgieron como consecuencia de los procesos simbiogenéticos descritos por Margulis, una vez ha quedado demostrado el origen simbiogenético de las mitocondrias y los cloroplastos de los eucariontes. Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Endosimbiosis_seriada
6. Se denomina como célula eucariota —vocablo proveniente del griego eu, 'bien' o 'normal' y karyon, con el significado de nuez o núcleo— a todas las células con un núcleo celular delimitado dentro de una doble capa lipídica: la envoltura nuclear, la cual es porosa y contiene su material hereditario, fundamentalmente su información genética.
El paso de procariotas a eucariotas significó el gran salto en complejidad de la vida y uno de los más importantes de su evolución. Sin este paso, sin la complejidad que adquirieron las células eucariotas no habrían sido posibles ulteriores pasos como la aparición de los seres pluricelulares. La vida, probablemente, se habría limitado a constituirse en un conglomerado de bacterias. De hecho, los cinco reinos restantes proceden de ese salto cualitativo. El éxito de estas células eucariotas posibilitó las posteriores radiaciones adaptativas de la vida que han desembocado en la gran variedad de especies que existe en la actualidad.
Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lula_eucariota 7. Lynn Margullis. Planeta Simbiótico. (Symbiotic Planet: A New Look At Evolution). En español. Editorial Debate. Madrid, España. 2002. ISBN: 9788483069981
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